Esta palabra nos parece chula porque va muy bien para cuando queremos seguir nuestros impulsos, lo cual, excepto en el caso de los asesinos psicópatas, es una conducta que desde aquí aconsejamos.
En su otra acepción, ésta más meteorológica, también nos gusta porque las ventoleras nos despeinan y levantan la falda a las chicas, como a Marilyn Monroe sobre la salida de aire del metro.
Nos quedamos, por tanto, con dos de las acepciones que nos ofrece el DRAE:
1. f. Golpe de viento recio
y poco durable.
Ejemplos:
- ¿Y eso? Si odias hacer deporte.
- Ya ves. Me dio la ventolera, me fui a la tienda y me la compré.
- ¡Joder, tía! ¡Vaya pelos llevas!
- Ya. Es que estábamos en la playa y de repente salió una ventolera que nos tuvimos que marchar a todo correr.
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